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miércoles, 3 de marzo de 2010

Caramelos sueltos, caramelos ácidos... La experiencia en Santiago de Chile

A pocas horas del terremoto, estaba en el Museo Histórico de Santiago de Chile disfrutando de la presentación del Gran Diccionario de Literatura Infantil y juvenil, precedida de una deliciosa charla entre Francisco Hinojosa
( México) , Jorge Eslava ( Perú) y la argentina Liliana Bodoc ( con quién viajé-huí la madrugada del domingo hacia Mendoza, vía cordillera). Mientras la periodista chilena entrevistaba a los participantes, yo jugaba a contestar y delineaba una futura nota con lo vivido en ese Congreso, con académicos y escritores de primera línea, para compartir en mi provincia. Un rato antes había recorrido la calle San Diego, llena de librerías " de viejo" y compré una serie de " Papelucho" (1947/71) personaje que divirtió y divierte a miles de niños chilenos gracias a la imaginación y desparpajo de Marcela Paz, homenajeada junto a María Elena Walsh y Gabriela Mistral en el contexto del CILELIJ.
Tomé unos mates con mamá antes de viajar hacia Chile; charlamos y ella me mostró una nueva adquisición en su patio lleno de geranios de colores, frutillas, margaritas y viejas empolvadas... mostraba orgullosa una esponja vegetal, producto de unas semillas que había traído de su viaje a las Cataratas . ¿ Cómo puede crecer en la pampa una esponja, pensé? tan rara, tan bonita, tan distinta a las habituales florcitas de nuestros patios?
" Los buenos libros son un derecho de todos, sin excepción porque son una herencia común de la humanidad, como lo es el medio ambiente, el planeta en que vivimos. Sólo que los libros forman parte de una herencia no natural sino cultural" . Esto dicho por Ana María Machado ( Brasil) también presente, da pistas del valor de la literatura para todos y tal vez esa relación de derecho a tener un mundo común y mejor. Vuelvo a Marcela Paz, a Papelucho y a la esponja crecida en el patio de mi casa materna: transportar la belleza, como semillas- pensé- voy a llevar estos relatos para leer con los chicos de Anguil, de Macachín, de Puelches... aquí en mi provincia. Construir un canon latinoamericano; un canon de lectura incluye recorridos lectores pensados por temas, por personajes, por autor y el ámbito del Congreso estaba lleno de semillas dispuestas a ser intercambiadas , sembradas por todo nuestro espacio iberoamericano. La pasión por leer se comunica, se alienta, se despierta, no se da como tarea. Para que hijos y alumnos lean, padres, maestros y bibliotecarios tenemos que leer y otra vez Machado sabia (y savia) " Es necesario que una sociedad que quiere ser democrática, sea capaz de garantizar a todos el acceso a los primeros libros de literatura. Y, en seguida, mostrar el camino para que el lector pueda seguir por su cuenta con las lecturas que lo acompañarán toda la vida "
El acto de esa tarde, fue en un patio interior, con el cielo como techo y caminé desde allí hasta el hotel " agrandada" , llena de " felicidad literaria" creyéndome poco menos que Neruda confesando que ha vivido.

" Le pregunté a la Domitila ¿qué harías si supieras que te vas a morir? .- Me daría una vuelta carnero-dijo- porque la muerte es la felicidad del pobre. ( Papelucho. Pág 9)

Paraba en el hotel Ciudad de Vittoria, a poco metros del Museo de Bellas Artes en donde sesionábamos, en el tercer piso , anteúltima habitación de un pasillo que terminaba en la cocina. Dormía sobresaltada por una música que venía de la calle, creo que de un boliche de jóvenes... me desperté con el rugido, el movimiento como si fuera un tren pasando por la habitación, me levanté a oscuras y llegué a la puerta que abrí, quedé " encajada" debajo del dintel y al lado dos chicas lloraba y gritaban " ¡es un terremoto!" . Fue largo, eterno, la pared crujía y se veía abrir una grieta de la que caían pedazos de pintura y revoque... alguien grito: abajo, abajo ... alcancé a agarrar un vestido y el celular y corrimos a la calle por las escaleras. Ahí eramos un montón de personas azoradas, sorprendidas, había vidrios, escombros , cables por todos lados y el señor del hotel, más aplomado, nos pedía calma, que ya había pasado, que vendrían réplicas menores pero que todo estaba bien, que el edificio era antisísmico y nadie había salido lastimado. Hay que esperar. Envié un mensaje por mi teléfono y a partir de allí fui nadie, me sentí nadie, éramos nadie(s) esperando a oscuras una noticia, una señal...De aquí en más lo sucedido ya se conoce hoy, por los medios : el sitio del epicentro, la descripción de las intensidades por zonas, el desastre, los daños, los muertos. Nada más aporta mi relato, pasé una experiencia horrible, límite, triste pero volví a casa sana y salva , conmovida y acongojada pero me esperaban mi amor, mis hijos, mi familia, mis amigos, mis pertenencias, todo todo todo lo que -para muchas familias chilenas- ya no es. Hay que atender ahí ahora , el que sabe y cree, que rece; los que no pongamos música, prendamos velas perfumadas, hagamos ceremonias, colectas, acciones que los abracen y ayuden a salir de esta tragedia.

Caramelos de luz

Marcela Paz, tiene un libro publicado en 1954 , cuyo título es Caramelos de luz ( Nosotros los niños/ vemos el mundo al revés/ Porque nuestras cabecitas/ viven cerca de los pies. (...) Si para el hambre están buenos/los caramelos de dulces/ Para lo otro hace falta/ ¡ Caramelitos de luces!) Ojalá pueda escribir, mandar, compartir miles y miles de caramelos de luces para lo que les haga falta. Chile querido.

*Adriana Lis Maggio. Santa Rosa, La Pampa. Argentina.

* Bibliografía: www. cilelij.com; Había una vez. Número Uno. 2009; Papelucho. Marcela Paz. Editorial Universitaria. 1947. Gran Diccionario de autores de Literatura Infantil y Juvenil. Jaime García Padrino. FSM 2010

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