Tic, tac, tic, tac.
El relojito no puede parar.
Sus tornillos, sus rueditas,
cada cosa en su lugar.
Tic, tic, tic... tic, tic, tic...
Tac...
¡Sobran tics y faltan tacs!
Es la aguja mas pequeña
que no quiere trabajar.
Aunque rueden las rueditas,
y no cambien de lugar,
por la aguja caprichosa,
el reloj horas no da.
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