Éramos tan chicos
hace siete otoños...
De dientes de leche,
de juegos y moños.
Y nos reencontramos
casi adolescentes.
No somos los mismos.
Todo es diferente.
Distinto mi canto,
otra tu mirada.
Yo, soñando tanto
y tú deslumbrada.
Tu mano en la mía,
mi boca en tu pelo,
buscando la tuya
donde se abre el cielo.
Casi adolescentes
hoy, los dos, mi amada.
Que sepa la gente:
no nos falta nada.
- (Por un mundo sin amor
–eso que los dos sentimos–
sé que somos más hermosos
que la Tierra en que vivimos.)
* Elsa Bornemann